viernes, 13 de marzo de 2015

Creación 4. Reseña de una película. La Naranja Mecánica.

Desde hace un tiempo oí hablar del cliché de los clichés cinéfilos por excelencia: A Clockwork Orange (La Naranja Mecánica), así que me digné a concederle una de mis tardes. La Naranja Mecánica es una película dirigida por Stanley Kubrick, basada en la no tan aclamada novela de Anthony Burgess. Habla sobre una pequeña porción de la vida de Alex DeLarge, un joven de 17 años un tanto psicótico, carismático y aficionado a la denominada por sí mismo ultraviolencia y la música clásica.

En mi opinión, no le veo demasiadas pegas a esta película, a pesar de que siempre tengo alguna pellizca que sacar. Es ligera y entretiene, a la par de que te transmite un mensaje no del todo sutil pero sí con peso, algo que es difícil de encontrar por estos lares últimamente, y  mira que estamos hablando de una película filmada en 1971. La imagen y la manera en la que está filmada, los planos y colores que siempre encajan y se complementan entre sí en cada escena da a esta película sin duda una gran personalidad. La actuación del ya veterano Malcom McDowell es excelente, y ni hablar de su famoso traje agenciado. Trata el futurismo y la sociedad sin perder la dignidad, es decir, sin plantarnos en medio de la pantalla un robot que desarrolla sentimientos o un móvil que sabe hacerte la comida.
No es del todo recomendable para gente de mi edad (13 años de momento), porque no se calla ni media en escenas de violencia o sexo, así que si sigues en secundaria y todavía te tapas los ojos en ocasiones de este tipo no es tu película. Consta de una indiscutible larga duración, pero si realmente te metes con el mismísimo Alex en la película podrá parecerte corta, y necesitarás verla una vez y otra, como he hecho yo.  De ese tipo de películas que podrá hacerte reír sin necesidad de chistes, lo que la hace aún más genuina.

Es buena, quizás difícil, pero eso sólo le añade valor y ser aún más recomendable.

1 comentario:

  1. Muy bien, María, has creado un texto argumentativo muy curioso donde no enuncias la tesis hasta el final (algo totalmente válido, ya comentamos en clase que no tiene por qué estar siempre al principio). La única objeción que tengo: ¿de verdad te parece una película ligera?, ¡desarrolla ese argumento!

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